INTIMIDAD

Palabras a golpes de fuego.
Sensaciones que explotan por emerger.
Opresión en el pecho por sentir.
Lo bueno y lo malo de ser yo.

martes, 30 de octubre de 2007

Dona'm la ma amor




Estoy haciendo limpieza de papeles.

Siempre tengo libretas con anotaciones, con historias personales o inventadas.

Cuando llega el otoño y no apetece salir, me gusta arreglar los cajones.

Según dícen, es tiempo de hacer "limpieza" (en el otro sentido de la palabra).

Y en eso estoy.


Y entre páginas y páginas, entre las páginas en blanco que aún quedan, aparece algo.

Algo que debí escribir hace bastante y que no sé a quien va dirigido, pero que al leerlo me ha dado ánimos.

Aquí lo dejo, como lo recibo en el momento que lo encuentro.

Está escrito en catalán pero también pongo la traducción. No prescindo de la lengua original pues aunque no es la mía cotidianamente, percibo otra sensibilidad al haberla escrito así.



"Dona'm la mà amor

i deixat portar.

Et duré per un camí ple de flors,

estels i animals

on regna la felicitat,

on tú i jo no som dos

sino la meitat

Deixa't guiar per els ulls de l'amistad

on la ombra i el dolor no volen estar

per on caminen els que volen estimar.


Dona'm la mà amor

que no t'has de preocupar per res

els obstacles es queden a un costat

i res no et farà trontollar.

Per que quan em donis la mà amor

sabras quant t'arrivo a estimar."


Dame la mano amor

y déjate llevar.

Te llevaré por un camino lleno de flores,

estrellas y animales

donde reina la felicidad.

Donde tú y yo no somos dos

sino la mitad.

Déjate guiar por los ojos de la amistad

donde la sombra y el dolor no quieren estar,

por donde caminan los que se quieren amar.


Dame la mano amor

que de nada te has de preocupar.

Los obstáculos se quedan a un lado

y nada te hará tropezar.

Por que cuando me des la mano amor

sabras cuanto te llego a amar.


domingo, 28 de octubre de 2007

Lágrimas


¿Por qué aparecen estos días, así, súbitamente, en cualquier momento, sin previo aviso, sin explicaciones?..
¿Por qué esas lágrimas secas, desde el interior de mi ser, llorando p'adentro, sin gemidos ni espasmos, dolorosas por infructíferas?...


"Al alba, al alba"


cantaba Rosa Leon allá por mi juventud


"Si te dijera amor mío que temo a la madrugada"


el peor momento del día,


"No sé que estrellas son esas que hieren como amenazas"


"Y sé que sangra la luna, al filo de su guadaña"


"Presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga"


"Quiero que no me abandones, amor mío al alba"...



La misma guadaña de entonces, me hiere ahora...


Pero...


Ha llovido mucho desde entonces...

Ahora ya he crecido, aprendido, madurado....


Pero...

Siguen cayendo lágrimas en la madrugada... y a lo largo del día, cuando menos me lo espero.


sábado, 27 de octubre de 2007

Recapitulación



Noche de luna llena.


Como siempre, mágica.


Hoy: ejercicio de recapitulación.


Resultado: el vacío.





"Hace tiempo que estoy muriendo.


En mi trabajo interior, veo el vacío.


No hay nada:


ni dolor ni tristeza,


ni rencor ni culpabilización.


Tampoco alegría ni amor.


Toda yo es vacío.


Pero a la vez me siento:


árbol semidesnudo de otoño mecido por el viento;


el agua de los rios;


peces;


una aurora boreal;


el llanto de Gaia;


el dolor de la humanidad;


el Amor que todo lo inunda.




Ahora, siguiendo los ritmos de la tierra,


dejo mis tierras descansar,


no son estériles, solo escondidas en el letargo de la superficie,


brotarán de nuevo en la primavera,


pero ahora, muere."




Enfrentarme a mi oscuridad, a mi miedo, a mi sufrimiento es:


Saber que no hay culpables.


Entender que solo debo superar los obstáculos del miedo y del ego.


No hay nadie más...


...Solo yo.

viernes, 26 de octubre de 2007

Miedo


Hace poco, en una entrada de blog de alguien que escribe desde el corazón, hice un comentario respecto al miedo.... y recuerdo bastante cada día que puse algo que no había analizado al escribirlo pero que me dice mucho:


"Tengo miedo a no tener miedo"


Por suerte, o por que el universo se ha confabulado para dar respuesta a mi inquietud, vuelvo a tener miedo. Siento que tengo miedo.

En muchas ocasiones o situaciones uno tiene miedo aunque no es consciente de ello.

Pero cuando yo siento el miedo como lo siento ahora, me alegro y me "acojono": un temblor interno que me hace perder la consciencia de mi propia respiración; un temblequeo en las manos, ya sea al teclear o al sujetar un teléfono o al conducir o...; una especie de zozobra en que me aturdo al no saber por donde voy a tirar...

Y quien lea ésto pensará, ¿y se alegra por sentir eso?... pues si. Por que eso solo lo siento cuando llega, se cruza en mi camino alguien que despierta/recupera mis sentidos.

Posíblemente solo sea una ilusión óptica; lo más probable es que todo quede en aguas de borraja (como dice mi madre); seguramente en unos días se desvanecerá el encanto... Pero mientras, yo vibro. Y eso es lo que me gusta y a la vez, cada vez más, me da miedo.

No quiero equivocarme.

No quiero soñar más de lo debido.

Quiero despertar de mi sueño y ver que es real y no es equívoco.

Pero....

....Ahora tengo miedo.

domingo, 21 de octubre de 2007

Las cuarentonas


Tengo en la memoria mis días de descanso cuando era una niña.
En otoño, invierno... en casa.
Mi padre escuchaba en la radio los partidos de futbol, mientras mi madre planchaba.
Yo pasaba la tarde, con su oscurecer lento, dibujando a lápiz. Me gustaba copiar láminas (nunca supe de donde salían) de paisajes. Árboles estilizados sobre peñascos marinos con pequeñas casitas al fondo.
Recuerdo el color de la tele: siempre en blanco y negro. Y sin más emisoras que ver que la que había. No había discusión. Todo parecía bien. Por que no había más. Ni tan siquiera se podía imaginar el futuro multiple de posibilidades.
Y especial recuerdo guardan aquellos días en los que se iba la luz. Iluminados por tambalenates velas se sacaban las cajas con las viejas fotos y se revisaban, explicando historias de gentes desconocidas para mí pero de las que mis padres hablaban como si de una novela se tratara.
Entre todas aquellas fotos, siempre aparecía alguna de alquellas viejas solteronas. Aquellas mujeres que a los treinta años ya eran mayores para casarse, pero que si no lo hacían antes de los cuarenta, jamás lo harían. Se quedarían para "vestir santos".
La imagen proyectada hoy en día en mi mente de aquellas mujeres es la de unas señoras embutidas en sus vestidos cerrados hasta el cuello, con medias opacas y zapatos de bajo tacón. Pero lo que más me viene a la mente es su mirada. Su rostro casi sin arrugas pero sin expresión. Tristes y apagados. A la vez, resignados.
Tengo la sensación de que aquellas mujeres ya no tenían ilusiones. No esperaban nada de la vida.. Tan solo, posiblemente, ver crecer a los hijos de los hermanos. Cuidar de los padres hasta sus últimos días. Y sentir las risas y bromas de los más jóvenes ante su soledad.
Pero ahora, ahora que yo ya he pasado esa edad y que no estoy casada, siento como en mi interior todavía fluye la sangre. Sigo teniéndo ilusiones y deseos . Sueño con encontrar compañero de camino con el que hacerme "mayor". Muchas veces, en mi soledad, siento como mi cuerpo se estremece deseoso de placer.
Pero hoy, con la bajada de temperaturas, con el desear estar en casa, cálidamente acurrucada en el sofá con una manta viendo una película... me ha pasado por la mente:
-¿Y si el resto de mi vida es éste? No soñar. No desear. No buscar. No estremecerme.
Ha habido un momento que he sentido que mi vida seguirá en soledad. Y aunque ahora sienta que no podré acostumbrarme, sé que si así ha de ser, será.
Me quedaré sentada en mi casa, acurrucada con una manta, viendo una película... haciéndome mayor y acostumbrándome a mi soledad, como aquellas viejas cuarentonas.
Solo el tiempo lo dirá.

sábado, 20 de octubre de 2007

La tristeza de la noche


¿Por qué mi alma se inquieta tanto en estas horas de la noche?
¿Por qué soy la guerrera sin armas que gana batallas durante el día y en la madrugada me arrugo como hojarasca de otoño esperando ser abrazada por el frío invierno para no sentir hasta una nueva primavera?

No quiero sentir esta tristeza.
No quiero morir en esta pena.
No quiero buscarte por la calle,
escrutando miradas en rostros anónimos,
que pasan de largo tirándome a la cara mi transparencia.

Sueño contigo amado desconocido.
Te necesito tanto!!
Deseo tus abrazos y tus besos.
Y dormir acurrucada en tu pecho.
Sintiendo el latir de tu alma.
En la satisfacción de mi lecho.
Soñarte sin rostro, sin cuerpo ni mente.
Sueño contigo sin saber como eres.
Pero sé como seré yo cuando esté contigo.
Lejos de este azul frio.
Alegre como un desafío.
Vital como aquel navío
Que surcó un mar bravío.

Sueño contigo....

... ¿Donde te has metido?

martes, 16 de octubre de 2007

Manos....



Mensaje de móvil: Estoy deseando sentir tus manos sobre mi cuerpo
desnudo...


Mezcla de sensaciones cuando leo este mensaje. Viniéndo de quien viene. Sabiéndo lo que hay...


"Me enseña la casa que a partir de la semana próxima será un nuevo lugar de trabajo para mí. A media voz, casi susurrando. No interesa que nos oigan. Todo es muy privado.

-Me voy desvistiendo?
-Bien, yo mientras voy al baño.

Todo está en penumbra. La casa es antigua, llena de cosas por medio, con vestigios de un pasado glorioso, con recuerdos sin rostro...

Paso a esa habitación que hace servir como lugar de descanso entre trabajo y trabajo. A media luz, aún con la lámpara encendida... Olor a incienso. Sé que es en mi honor. Suena una música agradable para mi oido: música de relajación tibetana (luego me explica que está compuesta y mezclada por alguien de aquí que vive allí, en el Nepal, y de quien no sabe el nombre). Lo encuentro desnudo. Es lo habitual entre nosotros. Ya nos conocemos. Conocemos nuestros cuerpos. No nos da miedo mostrarlo. No nos avergonzamos.
Me dispongo a trabajar. Me quito los anillos, el reloj, las gafas y la ropa....
Se tumba boca abajo bajo mis indicaciones y empiezo.
Tomo el aceite y lo rocio. Bien empapado. Suntuoso. Resbaladizo. Mis manos empiezan a moverse.. de maneras no profesionales, pero sí sensuales. Saben tocar. Se mueven a diferentes velocidades, dependiendo del lugar por el que pasa, dependiendo de las sensaciones que me produce...

Ya me siento inmersa. No dudo. No tengo miedo. Todo al contrario. Me siento con el poder de controlar la situación. Está en mis manos. Yo soy la que dirige, la que explora, la que avanza en uno u otro sentido. Estoy trabajando, pero no lo siento así. Por que estoy sintiendo.... sintiendo. Mi cuerpo, mi mente, mi ser, mi alma.... sienten. Tocar sus manos, masajearlas, acariciarlas, asirlas fuertemente, en un abrazo de dedos deseosos de tocarse. Acariciar la cara, como al ser más amado se acaricia. Con dulzura y pasión. Pasar mis manos por su calva. Esa bola de billar brilla gracias al aceite. Y percibo como siente al ser acariciada. Al ser tocada. Los resquicios de los pliegues que forma el cuello en esa postura. Tocar las orejas. Acariciarlas.... El resto del cuerpo es una escultura. Barro o arcilla. Modelo un cuerpo hecho. Resigo las formas ya establecidas para hacerlas mías, a mis manos.... En ese momento en que poco a poco las manos van diciendo adios a ese cuerpo, el dueño va despertando del placer del letargo acariciado para buscarme. No. Hoy no. Hasta aquí. Respeto. Pero pasión, deseo, sexo. No importa, cada uno en su sitio. El placer de ser, de estar, de aceptar o negar, de tocar, de ver el placer... "

Siempre me siento extraña ante esa llamada: ¿Quieres un masaje?

Regalos que recibo