INTIMIDAD

Palabras a golpes de fuego.
Sensaciones que explotan por emerger.
Opresión en el pecho por sentir.
Lo bueno y lo malo de ser yo.

martes, 28 de octubre de 2008


El árbol nace siendo una brizna, un tierno brote.
En sus inicios es una nueva vida débil, luchadora, con un propósito, con un proyecto.
A medida que consigue superar los inicios va arraigándose más y más en la tierra que lo sustenta.
Recibe la brisa del viento, los rayos cálidos del sol en primavera, la humedad del rocío...pero también la fuerza del vendaval, el calor abrasador del verano, el helor del invierno.
Y a pesar de todo ello, sigue adelante en su cometido: crecer, crecer y crecer.
Puede estar acompañado de otros árboles como él, o puede encontrarse solo en la vereda de cualquier camino. Seguirá ahí impertérrito independientemente de la compañía o la soledad pues de una forma u otra crecerá hasta convertirse en un hermoso y majestuoso árbol centenario.
Ahora ya tendrá la fuerza suficiente para no temer ni al viento, ni al sol, ni a la lluvia.
Ahora disfrutará de la vista, de la compañía de los pájaros en sus ramas y aprenderá a desprenderse de sus hojas muertas cada otoño para poderse adormecer y reservar energías para la primavera siguiente.
Sonreirá al ver a unos enamorados bajo su copa entregando su amor al espectáculo de la vida.
Y solo la mano de un humano podrá truncar sus sueños. Solo la fría cuchilla de una sierra hará que llore resina cuando sienta su fin cercano, antes de convertirse en la leña que abrigará esos cuerpos tan delicados.
Pero habrá cometido su propósito. Habrá hecho realidad su proyecto. Habrá llegado a la sencilla misión de proteger, dar cobijo y servir como alimento de hoguera de esos seres que no siendo tan grandes como él tienen la capacidad de ser amos y señores del mundo.

Árbol querido, en cada trozo de leña te veo, te siento y agradezco al Universo entero tu existencia, tu energía y tu entrega.

En mi próxima vida quiero ser ÁRBOL.

domingo, 26 de octubre de 2008



Algo incomprensible me está sucediendo.

Cuanta más paz interior siento dentro, más reflejo de frialda expreso.

El mundo me mira con desprecio.

Prescinde de mi, por que es más cómodo dejarme atrás que entrar dentro.

Mujer dura, fria, seca y tajante. Distante.

Y sin embargo siento un corazón latiendo, cálido y amante.

Doy y regalo abrazos pero a cambio recibo miradas de hielo.

Cariño, respeto y afecto ofrezco... y el olvido es el precio.


Tantas y tantas personas que voy conociendo,

tantos y tantos recuerdos.

Momentos vividos, con cariño y sentimiento.

En la distancia o en el encuentro.

Pero cada día el Universo me dice que todo es pasajero.

Que solo intereso un momento.


Hay montones de complejos.

Y a medida que yo los supero...

...ellos me van venciendo.

Estoy en paz pero grito por dentro

por que vivo en un mundo disperso

donde no soy más que agua de mayo

que no se recuerda en verano.


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¿Dónde está mi lugar en este momento?

¿Cómo seguir caminando si no hay sendero?

¿Deberé retomar el antiguo camino que me llevó al destierro?

¿Pregunto al viento o mejor mi silencio ha de ser eterno?


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Paisajes hermosos dibujo en mi pensamiento.

Colores bellos de otoño son mi espectro.

Vida relajada de momentos, instantes etéreos, que desaparecen al momento.

¿Dedicarlo al cielo o al infierno?

¡¡¡Que alma atormentada llevo dentro!!!


Vagabundo.



Nacemos.

Un día alguien decide abrirnos las puertas de la vida y llegamos con las manos vacías y el corazón hambriento.

Vagamos de un segundo a otro en una constante búsqueda de no se sabe que cosa.

Nos regodeamos en la ambición oculta en el subconsciente absurdo.

Cuando ganamos en canas y perdemos en ganas, parece que algo vamos aprendiendo.

Los deseos se relajan y la ansiedad deja paso al tedio.

Galopamos en sueños y no somos capaces de caminar en el sendero, al abrigo de los árboles que plantamos de pequeños.

Una vez todo ello resuelto nos vemos paseando entre los difuntos que conviven entre nosotros.

Tan solo el cerrar los ojos. el no ver el viento, el dejar en paz los pensamientos, nos trae a la memoria que solo nacemos por dentro.

P'afuera ya llueve lento.

Regalos que recibo