INTIMIDAD

Palabras a golpes de fuego.
Sensaciones que explotan por emerger.
Opresión en el pecho por sentir.
Lo bueno y lo malo de ser yo.

lunes, 31 de enero de 2011






Aunque en mi entrada anterior pareciera que estoy perdida, que soy negativa, que solo veo lo desagradable, he de decir que no es cierto, que tan solo expresé algo momentáneo, algo no perdurable en el tiempo.

Creo que este lugar también es apropiado para poder expresar aquello que no sacamos fuera, en momentos de debilidad o ceguera.



Es cierto que todos soñamos cómo nos gustaría que fuera nuestra vida.. y que normalmente nunca se desarrolla como ese sueño. Creo que dejé de desear tener una vida concreta ya hace unos años y me dediqué a vivir la vida que me invadía, que me inundaba, que llegaba a mí por su propio cauce.



Aprendí que los sueños, sueños son. No pretendo hacerlos realidad (¿o sí?). Es más, me gusta tener presente que solo es un sueño. Si en algún momento cabe la posibilidad de realizarlo, me entra un cangueli que ni te cuento.



Aprendí a valorar aquello que la vida me ofrece. Lo bueno y lo menos agradable (que no malo).
Si el día aparece nublado y gris, pues me divierto buscando formas en las nubes y rayos de sol escondidos entre ellas.
Si hoy he trabajado doble jornada y al llegar a casa me encuentro que aquello que tenía que estar hecho no lo está, pues doy las órdenes oportunas para que se hagan... con cariño y con firmeza. Unas veces se consigue antes, otras... tardan un poco más, pero todo acaba estando en su sitio al final.
Si espero una llamada que no llega y me empiezo a desesperar, pues me paro en seco, me miro al "espejo" y me doy cuenta de que tengo algo más en lo que trabajar conmigo misma: mejor sin esperas, sin necesidades, sin enganches ni apegos.



Aprendí a disfrutar con las cosas sencillas de la vida:
El sol que se cuela en mi casa en invierno y me da vida.
Ver como mi pequeño árbol poco a poco va creciendo (ya tiene 14 años y sigue vivo!!!)Saborear una rica infusión siempre acompañada de canela.
Leer un buen libro, sin televisión ni radio ni nada de fondo, con una luz directa pero suave, con los pies en alto, una manta sobre las piernas y acurrucada entre los almohadones de mi sofá.
La sorpresa de una llamada inesperada (ahora casi todas los son, ya que no "espero" ninguna).

Aprendí que se puede vivir bien con mucho menos de lo que se cree.
Es estupendo recibir aquello que otros descartan por "aburrimiento" y "renovar" el vestuario.
Encontrar gente con la que intercambiar libros, música, servicio, tiempo, ayuda (para ello, el Banco del Tiempo es un servicio genial)
Utilizar el coche lo menos posible me permite no gastar más gasolina de la necesaria, caminar y hacer más ejercicio, coincidir con gente a la que hace tiempo que no ves en el transporte público.
Vivir en un tercero sin ascensor me permite tener unos glúteos bien apretados (jajajajaj)



Gracias a quienes de una u otra forma me han animado a que mire dentro de mi.

Gracias a quién a través de sus palabras me envía aliento y cariño para seguir adelante.

Gracias por aun no estando presente, no dejar de venir a verme...



Como decía la canción:

GRACIAS A LA VIDA, QUE ME HA DADO TANTO!!!

viernes, 14 de enero de 2011

Tengo un montón de palabras agolpándose en mi garganta
Y unas y otras tropiezan por salir.
Es tal el mogollón, que ninguna sale en su orden.. no hay coherencia.

"Os echo de menos"
"Estoy cansada"
"Ojalá volvamos a vernos"

Son algunas de las frases que se salvan.

En mi mente, un hervidero peor se enzarza
en una tremenda batalla
por mandar la orden a las palabras
para que salgan ordenadas,
y sigo sin decir nada.

Algunos días, en mi ausencia, frases sueltas se escapan:

"¿Quién se quedó la vida que a mí me tocaba?
¿Dónde está esa mujer que vive mi vida soñada?
¿Cómo es la vida con mis angustias solucionadas?

Regalos que recibo