INTIMIDAD

Palabras a golpes de fuego.
Sensaciones que explotan por emerger.
Opresión en el pecho por sentir.
Lo bueno y lo malo de ser yo.

viernes, 31 de agosto de 2007

La soledad del verano


Cuando nace el año todo el mundo está deseando que se acabe el frío, que llegue el buen tiempo, las vacaciones.. primero la semana santa, luego las de verano.
Todo el mundo quiere descansar, o viajar, o salir y divertirse sin prisas, y reunirse con los amigos..
Todos deseamos ese buen tiempo para ir a una terracita y tomar una cerveza bien fresquita, con buena compañía y escuchando una mejor música...

Pero no todo es así.

Somos muchas las personas que trabajamos en el tiempo que los demás descansan. Justamente gracias a que los demás hacen vacaciones, nosotros tenemos trabajo. Y a mí, ya me parece bien. Por tener trabajo y por tener "vacaciones" fuera de la época estival. Me encanta disfrutar de todo lo que la gente en general disfruta en verano, en cualquier otro tiempo. Y si hablamos de la ventaja del verano para tomar el sol, ir a la playa, etc... yo empiezo a hacer todo eso hacia mayo, en el tiempo que tengo libre cuando no trabajo. Así que cuando llega Julio y Agosto, ya me he bañando y bronceado lo suficiente para mí.

Ahora bien. Cual es mi desventaja y la de muchas personas como yo?

Pues que te quedas sola.

Evidentemente está toda esa otra gente que también trabaja en este tiempo, pero a la que tú no conoces y con la que no te relacionas. Están todos los demás compañeros de trabajo, pero ellos tienen sus propias vidas y no perteneces a ellas (normalmente).

Pero por lo demás, te quedas sola.

Tus amistades que no pringan como tú se van de viaje... ya sea al Caribe o al pueblo de la abuela.
Los nuevos contactos que haces, también se van (Muchos desaparecen con la excusa del veraneo). Y hay un tanto de gente que tal vez hacen como yo: nos metemos para adentro y aún más destacamos en nuestra soledad.

Simplemente una postal. O tal vez una llamada desde el lugar de destino. Cualquier detalle hace que sientas que aun estando sola, hay quien se acuerda y piensa en ti.
Pero muchas veces no llega ni eso.

Y tú, sigues sola.

Así que una, es decir, yo, estoy deseando que acabe agosto, que empiece septiembre y el nuevo curso escolar, por que ello hace que todo el mundo vuelva a su rutina, a su enclave, a desear contactar de nuevo con la gente que tiene "aparcada" desde finales de julio... Necesito que vuelva el bullicio (a mi vida), el ritmo agotador de madrugar, trabajar todo el día, atender la casa y la familia, leer, dormir... y vuelta a empezar... pero con la cercanía de mi gente querida.
Quedar para ver una película en casa, comiendo palomitas hechas al microondas. Organizar una salida dominical para estirar las piernas y empezar a disfrutar del principio del otoño con su variado colorido anaranjado. Preparar una comida para que los amigos te cuenten como les han ido las vacaciones....

Y dejar de estar sola.

Viva el fin de las vacaciones (de los demás)!!!!

miércoles, 29 de agosto de 2007

Posibilidades


Tengo resaca.... resaca de mi visita ayer noche al monte, al bosque... Me atacaron los bichos y hoy estoy que me deshago de picor. Toco la zona y parece un volcán a punto de explotar. Incluso por su temperatura.
Me puse mi pomada antipicor, me tomé mi antihistamínico.. y nada. Probé con el vinagre, el aloe vera... y nada. Pica que te pica y me deshago de picor.. No me quiero rascar por que eso es aun peor: empiezas y solo acabas cuando te arrancas la piel a tiras.. pero que conste, que ganas no me faltan.
Quieras o no ese malestar afecta a tu estado general y me siento irritable. Menos mal que estoy sola y no tengo a quie chinchar. Ya me gustaría a mi tener a mi lado a alguien que me ponga paños frios, que me consuele y me calme, que me ayude a relajarme y no a tensionarme. Ya quisiera yo... pero no, no es ese el caso.

Por otro lado, esta noche he visitado un piso para alquilar. Una compañera de trabajo me consiguió el contacto y ahí que voy yo. Y bueno, no es un pisazo pero está habitable. Lo mejor que tiene es que es un primero, con entrada independiente y tiene una terraza. No hay vecinos ni arriba ni abajo por lo que tranquilidad no falta.
La verdad: siempre sueño con algo mejor pero demasiado es si puedo acceder a él. Los precios están imposibles de tocar y yo sola, con mi salario mileurista no me puedo permitir mucho más. Hoy por hoy, en el piso en el que vivo sobre todo disfruto de luz, pues es un tercero (sin ascensor, para hacer ejercicio), y de disponer de balcón y terraza... pero convivir con emigrantes que no consideran las zonas comunes lugares a mantener límpios, que tienen otros hábitos tanto culinarios, como horarios, como higiénicos... no es fácil. Mi hija y yo ya nos hemos acostumbrado en parte a ello, pero cada día que pasa cansa más.
Justo ahora, mientras escribo estas líneas, en la calle se forma un revuelo. Unos chavales han "cogido" un coche, lo han forzado y andan por la calle dando tumbos. Hace acto de presencia la policía y todo el mundo desaparece. Yo ya no digo nada. Lo he hecho en alguna otra ocasión y me ha acarreado más problemas que otra cosa. En según que sítios cuesta ser cívico. No puedes ir en contra de todo tu entorno. Así que mejor callar y seguir escribiendo.
Bueno, no sé que pasará con esa nueva posibilidad de trasladarme. El propietario y yo estamos informados de las condiciones (yo de las que él ha puesto y él de las que yo puedo ofrecer). A falta de saber cual es su decisión, simplemente esperaré a que el destino me marque el camino. Si esto prospera será por que es el paso que ahora me toca dar; si no lo hace, es por que algo mejor me ha de llegar.. Siempre intento pensar así para darme fuerzas y ánimos.

Noche de Luna Llena


Hace tan solo un rato llegué de mi reunión con los lunáticos.
Encendí el ordenador ansiosa para poder escuchar un regalo que me han hecho esta noche.
Un regalo muy especial: una persona que apareció la luna pasada, como surgiendo del fondo del mar, buscando (y encontrando) gente con la que poder conectar para poder decir adios, cerrar el capítulo de su estancia en esta parte del pais, me regala una grabación con su voz bajo el embrujo de la música sin música, solo su voz.
Ese hecho en sí, ya es un precioso regalo. Algo de lo que ya he disfrutado al oirla y que volveré a oir una y otra vez hasta que su voz se me meta dentro, con esa letanía de palabras enlazadas en dulzura, melodiando la frecuencia del viento.
Pero la emoción que he sentido ha ido más allá. Me he sentido inmensa cuando con su voz dulce y armoniosa me explicaba que había grabado ese CD para otra persona, pero que una vez lo tenía hecho se ha dado cuenta de que era para mí. Que recordaba en nuestro anterior encuentro mis palabras de comprensión, de sentirse acunada en su soledad desconsolada. Evidentemente mi ego ha subido hasta el lagrimal y me ha lanzado humedad desde el vientre, pero me lo permito. Necesito permitírmelo en este tiempo en el que creo que voy a desaparecer en cualquier momento.
Esa mujer, ese pedazo de cielo me ha hecho llorar esta noche. Mi forma de expresar gratitud ha sido fundirme en una de mis únicas herramientas, como son mis abrazos. Y me lo ha correspondido con la misma entrega y sentimiento con el que yo lo estaba viviendo.
Gracias Marisa, por existir, por aparecer, por que ya sé, que aunque te vas lejos, siempre estarás. Sé que nos volveremos a ver, por que al menos yo, iré a buscarte para verte a tu tierra preciosa, de la que estoy enamorada. Marisa, recuerda aquel cuento que te he contado: Somos buscadoras. Que no quiere decir que encontremos, pero siempre buscamos. Y ese es nuestro camino. Y esa es nuestra aceptación... Y tu búsqueda, que también es la mía, la recibiremos dosificada para que siempre tengamos el ánsia de buscarla. Pero los años nos ayudaran y podremos disfrutar de ella cada día más. Hoy siento que aunque cueste, aunque sea duro el camino, aunque no siempre pueda sentirlo asi, siento paz, sosiego, calma y serenidad en mi alma.

Gracias hermana.

lunes, 27 de agosto de 2007

Siniestra sensación


Tengo miedo.
Me cuesta reconocerlo, pero tengo miedo.
Miedo a ser esa mujer amargada que una noche vi reflejada en el oscuro fondo de un cristal de autobús.
Me aterra, me asusta, siento miedo, mucho miedo.. por que aunque creo trabajar día a día para no ser ella, cada vez la siento más cerca.
Esa amargura en el semblante. Ese dolor, pesadumbrez, rabia, ira, odio en el alma por haberme destrozado tantos sueños dorados, bellos, hermosos y ansiados...


Hoy me pesa el alma. Me cansa la vida. El vacío, el silencio, la soledad de unos días perdidos, que se convierten en semanas, meses y años... y en definitiva, en toda mi vida. El aprendizaje está siendo muy duro y aunque mi Ave Fénix resurge una y otra vez de las llamas del delirio incandescente de la muerte, la vida solo se mantiene durante unos segundos, que se convierten en minutos, horas, días, semanas, meses y años de permanencia en este absurdo.

Quisiera ser alguien para verme desde fuera. Qué es lo que entrego en cada imagen mía. Qué sensaciones buenas, aunque mejor las malas, hago percibir ante mi presencia, mis palabras, mi aliento.. Ser ese alguien que contempla, interpreta, juzga y sentencia ante lo que ve, ante como me ve. Saber desde fuera lo que emerge de dentro.

Cuantas veces deseo gritar, llorar y vociferar que ya no puedo más, que necesito AMAR y ser amada para que el universo entero lo sepa y me entregue lo que me corresponde por derecho... Y a la vez, quisiera pertenecer al mundo del silencio. No hablar. No transmitir ni un solo quejido. No exteriorizar ni una sola de las palabras de mi amargura. Mejor callar. Desaparecer. No contactar nada más que con el silencio. Pero sobre todo, con ese silencio interno, el que me permite descansar y no ser consciente de que me estoy muriendo. Muriendo de miedo.
Miedo a esa mujer amargada
.

Regalos que recibo